Comenzar a desarrollar la actividad para crear. A veces, ahí está lo complicado. Evitar las inercias inconscientes, hacerle caso a las agitaciones del alma.
La vida está hecha de contrastes y entenderlo así nos lleva a considerar todos los matices, los positivos y los negativos, en estos días donde se le tiene tanta estima a la felicidad.
En el florecimiento de una vida creativa, la desidia es ajena a la creación. Hay que saber convertirla en una lucha inclemente por reivindicar nuestra existencia como seres humanos en donde todas nuestras fortalezas estén al servicio de la evolución. La evolución constante de la consciencia, del potencial y de la responsabilidad de poder llevar cada cosa a un mejor estado.
Educar personas que se cuestionen la realidad desde el más mínimo aspecto para poder así ofrecerle nuevas soluciones, encontrar nuevas respuestas, pues bien sabemos que hoy en día no hay respuestas que valgan para toda la vida.
Educar personas con mentes sólidas para poder aprender y desaprender cuantas veces se necesite, aprender la importancia de adaptarse en un entorno cambiante en toda su constancia. Educar personas creativas, desde personas creativas. Educar por contagio.
Esto requiere de un buen entrenamiento, aprender a hacer las preguntas correctas nos lleva a conseguir las respuestas correctas. Tener los retos precisos en este momento donde la inmediatez se vuelve intangible. Y aprender sobretodo lo que nunca nos enseñan, a aceptar el error, educar al fracaso, verlo a los ojos y sin temor a equivocarse, buscarle nuevas soluciones.
Mientras más evolucione nuestro entorno, más evolucionaremos nosotros. El entorno es más importante de lo que creemos, debe de trabajar a nuestro favor y no en nuestra contra. Hay que prepararlo para que todo sea posible. Y aunque la fuerza de voluntad es un recurso finito, entregarnos a la benevolencia.
Creatividad es ver la realidad con una mirada abierta y expuesta, cuestionar, mantener la curiosidad. Favorecer al ¿por qué? con las mejores respuestas.
Por que es verdad que sin curiosidad no hay búsqueda y sin búsqueda, no hay hallazgo.
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