top of page
belenmoy

Raquel


–Ora sí te prometo que termina esta semana y te llevo a Laredo. Vamos a vivir en la casita y vas a tener el jardín pa llenarlo de flores.

–Siempre es lo mismo –interrumpió Raquel– y me sales con que una semana más y una semana más… ya no te creo nada.

–Esta vez te lo prometo. Dos noches más de trabajo, más unos favores que me deben y tendremos suficiente para irnos.

–¿Y tú crees que cuando hables con esos weyes no se van a dar cuenta? No seas pendejo porque ellos no son.

–Pues es que no hay de otra, amor. O me echan la mano o no salimos de aquí.

–Salimos… si tú nomás cobras. La que chambea soy yo. ¡La que se acuesta con cantidad de cabrones soy yo!

–Bueno entonces, ¿qué chingados quieres hacer?

–Vámonos hoy, ahorita, sin sospechas.

–No tenemos ni para el camión, mucho menos para que nos crucen. Nos vamos a morir intentando.

–Pues trabajo en el camino, como sea. Cobraría menos, pero eso nos puede ayudar a empezar a cruzar.

–Pensé que lo que querías era dejar de trabajar,

–Eso cuándo lleguemos a Laredo. Ahora lo que quiero es irme de aquí, ya.

–Si eso es lo que tú quieres.

18 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


bottom of page